Kensington Gardens y Hyde Park

Ser turista es la excusa perfecta: »ah, no lo sabía, es que no soy de aquí».

No, no he hecho nada malo, pero es algo que me ha venido a la cabeza ahora mismo y que es cierto tan cierto como que el cielo es azul.  Y esto viene a que ayer hice de turista, una turista solitaria en medio de un mogollón de gente ajetreada. Al menos tengo el consuelo de que no era la única, me he topado con varias personas que también caminaban solas haciendo fotos y visitando sitios por cuenta propia.

 

Hoy os voy a hablar de Hyde Park, el parque más grande que he visitado hasta la fecha. El parque está unido a los jardines de Kensington y es recomendable coger una bici si lo que quieres es recorrerlo. Yo comencé  por el Albert Memorial, un templete en memoria de Alberto de Sajonia-Coburgo-Gotha, esposo de la reina Victoria del Reino Unido. Está frente al Royal Albert Hall y dos calles más abajo podemos encontrar el Museo de Historia Natural.

    

Me faltaron por ver varias cosas de los jardines, como el palacio de Kensington, pero de casualidad encontré la estatua de Peter Pan. No es difícil de encontrarla, porque yo lo hice sin estar buscando.

Y después de estar caminando durante aproximadamente una hora o dos hasta la punta opuesta del parque, encontré Speakers Corner. Seguramente a muchos os suene el sitio porque ha aparecido en películas y puede que también en series, pero ya os digo que no vais a encontrar a nadie subido en una caja quejándose de alguna cosa. No había nadie. Tal vez fuera porque era fin de semana y era durante un horario en el que la gente trabaja, pero era una zona normal como el resto del parque.

Después de esto, para finalizar mi recorrido por el parque, me dispuse a sacar una bici durante 24 horas por dos libras. El fallo estuvo en que me había dejado la tarjeta en casa y solo es posible pagar con tarjeta. Atentos al dato, que no se os olvide llevarla encima si queréis una bici.

Llegué hasta una cafetería, compré un café y me senté en el césped un rato a mirar los planos para ver cual sería mi siguiente destino aquella mañana. Creo que es algo que no debe faltar, una parada en Hyde Park para sentarse a tomar un café sobre el césped.

No es lo único que hice esa mañana, pero dosificar es bueno y así durante la semana tengo más para escribir en lugar de hacerlo todo ahora y saturaros a imágenes y letras. Os dejo algunas fotos más de Hyde Park. ¡Hasta pronto familia!